“La intuición es un elemento central de mi creación artística”,
dice Alejando Olguín Arévalo ante la inquietud por conocer cómo construye su
arte.
Por: Elizabeth Vergara Carrasco.
Alejandro Olguín Arévalo es artista visual y desde hace 10 años se
dedica a pintar cuadros al óleo. Mas, desde su tierna infancia el dibujo ha
sido parte de su vida. “Me gustaba dibujar y luego cuando terminaba me gustaba
lo que veía”, recuerda el Artista Plástico que tienen su residencia actual en
Quilpué.
Dentro de su familia no hay un historial artístico, sin embrago
su madre posee habilidades en las manualidades, comenta y recuerda que también
está en sus ascendientes una prima arquitecta. Por el lado masculino, su padre
es Ingeniero comercial y sus dos hermanos siguieron los pasos del progenitor.
Por una ruta diferente a la que trazaron sus progenitores, pero
que sigue la pasión por la creación artística, el sello personal en su arte es
un aspecto determinante. “Sucede que hay estudiantes de pintura que buscan su
referente en ciertos artistas vivos y aprenden con ellos un tiempo. Yo no quise
seguir una escuela de algún profesor específico, sino que me quedé con el
título universitario y de ahí he tratado de hacer algo con eso”, comenta
Alejandro Olguín Arévalo.
Y es que la identidad es un factor determinante en la
permanencia de una obra de arte. La peculiaridad de las formas y la
construcción son lo que pueden transformar a un artista en un referente. En esa
misma línea, Olguín considera que “en un principio fue algo libre de
influencias, pero sí ha pasado que con los años llega gente encontrando
similitudes con otros artistas, lo que uno hace se asemeja al trabajo de otros,
vivos o muertos”, sentencia.
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Villa Alemana Norte |
Cuáles son esas cercanías. Olguín explica que “me gustan y me
gusta también, quizás me he comparado o trato de compararme de una forma sana,
no imitarlos, con Claude Monet y Vincent Van Gogh. Pero de Monet he leído
libros, al tener que enseñar arte en los colegios he tenido que aprenderlo y
estudiarlo”.
Autores que le gustan y por los mismo, son los elegidos cuando
ha tenido que llevar al aula su conocimiento. “Los he enseñado en los colegios
a niños de básica y media. Pintores impresionistas del siglo XIX que me gustan
harto, donde están Monet y Paul Cézanne”.
Todas estas experiencias se convierten en antecedentes, en
información que está ahí. Cuadros que un grupo de personas han querido
preservar en la historia del Arte y otros no han querido preservarlos por sus
gustos particulares de ese momento y tiempo. Mismos registros que se cuelan en
el inconsciente y la memoria de este prometedor artistas local.
Pero también hay algo detrás de esa selección que nos muestran
los libros o los museos, un límite que se mantiene. Solo una traza del arte,
tan limitada incluso en su acceso, antes y hoy, pocas exposiciones llegan a la
provincia de Quillota y Marga-Marga, lo cual golpea al mundo visual, pues la
audiencia no alcanza a valorar el contacto con la obra de arte. “El mirar es
una práctica. si no estás habituado no vas a ver tanta información. Hasta puede
que no te agrade quedarte mirando el detalle porque no te enseñaron, porque la
educación puede ser incompleta o mal interpretada o no la hubo, y los cuadros
no se los ve con un tiempo apropiado”.
“La intuición es un mandato ajeno a mi”
Es tal la importancia que da el pintor a esta arista creativa
que incluso puede dejar de lado proyectos por cumplir con este “mandato”. Que
tal como señala Alejandro Olguín “no pertenece a uno”.
Hay muchas formas de hacer un cuadro para un artista, lo más
insólito puede ser que llegue una imagen en algún momento del día, “entonces si
sientes la intuición sería bueno anotarlo o dibujar algo para no olvidarlo.
Cuando llega algo así, es un impulso donde puedes dejar de lado muchas cosas
por ese objetivo; porque son intuiciones”, explica Olguín.
“Me agarro de ese término porque creo que me pasa a mí y les
pasa a otros de distintas formas, entonces eso es un mandato de otro lado, pero
que pasa por mí y que juego con eso, que no haya tanto cerebro en la obra”,
dice. Uno de los ingredientes principal en la dinámica de este artista, donde
el “mandato” puede llegar en medio de la noche, sin respetar las horas de sueño.
A este aspecto, se suma otro factor importante que tienen que
ver con la planificación de los materiales. Por ejemplo, la medida de un cuadro
en un espacio determinado, donde se calculan y toman las dimensiones para luego
preparar el bastidor, que también es fabricado por sus manos, ningún detalle queda
al azar.
El estado de la obra de arte
Considerado por algunos como un lujo, el arte es más que un
placer destinado para las élites. Sin embargo, la práctica lo mantiene en una
cúpula muy alta para que la población en general pueda acceder a ella Bienes
culturales que se encuadran en espacios limitados y escasos.
Es interesante, por lo mismo conocer la visión que las nuevas
generaciones. “Tanto en la educación de los colegios, como en las ciudades hay
un oscurecimiento del arte, no hay espacios permanentes en las urbes para que
la gente pase a ver pinturas”, explica Olguín. A lo que añade “entonces la
práctica de ir a ver una exposición es algo que empieza a suceder menos, es
extraño que ocurra en provincia. Por ejemplo, en el Centro Cultural Leopoldo
Silva tienen cerrada su sala de artes visuales porque no está aún habilitada”.
Un proyecto por más de $3.300 millones, pero que en la práctica
no satisfizo todas las necesidades de infraestructura. Actualmente, los
artistas visuales no pueden mostrar su trabajo en el último Centro Cultural
construido en la región. “Dentro de los problemas de la construcción estuvo que
cuando le sacaron el techo a la bodega casi se cae. Todo el entramado de
cemento y esqueleto que afirma la bodega no estaba considerado. De ahí y otros
problemas la empresa constructora empezó a pedir cambios de ítem”, explican
desde el Centro Cultural. Aludiendo que esto no es responsabilidad de dicho
departamento, sino en un problema de ejecución de la obra, área donde la unidad
de cultura no tiene injerencia.
Por lo mismo, es necesario señalar que “se han recibido muestras como alternativa (dependiendo de los requerimientos de cada obra) en otros espacios del recinto. Y en este momento se puede optar a tener muestras con bajo estándar de apoyo técnico, o esperar para que pueda mejorarse ya que la Unidad de Cultura si ha invertido de forma directa en otros espacios necesarios para el funcionamiento del edificio”; añaden desde el centro cultural.
Siguiendo la lógica, “a nivel de las ciudades faltan de espacios, aunque siempre hay que ver la historia de cada ciudad, porque existen algunas que son más progresistas en su forma de llevar los ámbitos del ser humano”, sentencia Olguín.
“A nivel de las ciudades faltan de espacios, aunque siempre hay
que ver la historia de cada ciudad, porque existen algunas que son más
progresistas en su forma de llevar los ámbitos del ser humano”, sentencia Olguín.
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La fermentación de las pulpas. |