Eduardo Bustamante cuida a
los “Corazones Abandonados” por sus dueños cuando son desechados como un mueble
viejo en los sectores aledaños a La Calera, en la región de Valparaíso.
Por: Elizabeth Vergara Carrasco.
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Eduardo Bustamante junto a alguno de los perros que cuida. |
143 es la primera cifra que
señala Eduardo Bustamante al consultarle cuántos son los perros que él cuida en
la ribera del Aconcagua, en las
inmediaciones de La Calera. Perros que han sido abandonados en distintos puntos
de la ciudad y que no están en las listas de espera para ser adoptados.
Más de 10 años lleva en esta
causa, una opción que tomo como forma de vida luego de grandes decepciones con
algunas personas. “Ellos solo quieren cariño, los perros no traicionan y son
más leales que las personas”, dice con tono de decepción cuando se le consulta
de dónde nace este afán por cuidar y hacerse cargo de los perros abandonados.
Diariamente cocina dos
grandes fondos de comida, la cual es gestionada con algunas carnicerías,
panaderías y verdulerías de la comuna que colaboran con esta noble causa. En
tanto, los más de 35 sacos de pellet son aportados en su gran mayoría por el
municipio crucino, al igual que las vacunas y medicamentos que van requiriendo
los animales. Recursos gestionados por él y Rosa Alarcón, quien dirige la
organización “Corazones Abandonados”.
No se ven perros sucios,
pulgosos o maltratados, más bien se nota que están bien cuidados. En el lugar
no se observan restos de fecas o mal olor, solo el típico aroma de los perros.
Hay un orden en el lugar, que como dice Eduardo Bustamante, está organizado
pensando en los canes. Cada sillón, sofá o colchón que llega inescrupulosamente
a las inmediaciones del rio son aprovechadas por este cuidador, quien los
sanitiza antes de que los perritos los usen para descansar.

Nueva compañera
La última en llegar al
refugio es “mami”, quien fue rescatada de un inmueble en las cercanías de la
feria de animales. “Luego de las protestas he tenido que cambiar de ruta para
llegar al trabajo y en ese camino vi una perra que estaba en deplorables
condiciones, llena de parásitos en su piel que ya la tenían pelada y con
llagas. Si no hacía algo esa perrita iba a morir confinada en una jaula donde
la tenían amarada”, cuenta Susana Vergara, quien ante la situación buscó ayuda
con varias agrupaciones, pero no consiguió nada.
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Mami antes de ser rescatada. |
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Mami 3 semanas después del rescate y tratamiento. |
En tanto, dice que Bustamante
al escuchar a la historia no dudo y de inmediato se dirigió al lugar en su
camioneta para rescatar a la maltratada perra. “Estaba muy mal, su piel llena
de llagas y sin pelos, ahora luego de tres semanas ya está recuperándose”,
explica Susana Vergara. Incluso se le
puede ver cómoda y feliz en su nuevo hogar, donde tiene amplio espacio para
correr y jugar con el resto de los animales.
Perros de raza, kiltros y
mestizos han llegado a este espacio. Un lugar que fue cedido por el ex alcalde Eduardo
Martínez. “Por mi insistencia conseguí que el dr. Martínez entregara un espacio
para poder albergar a estos indefensos animales”. dice Bustamante.

“La señora Rosa Alarcón ha
sido un gran aporte, pues gracias a la agrupación que ella dirige, “Corazones Abandonados”
hemos podido canalizar la ayuda que nos llega desde la comuna de La Cruz e
Hijuelas”, explica. Sin duda un trabajo que nace desde las voluntades y que se
mantiene en pie solo por el cariño hacia los abandonados, por quien alguna vez
los pensó como el mejor el mejor amigo.
A 2018, en el país existen alrededor de 255 mil perros y 88 mil gatos “sin dueño”, que deambulan por las calles y sectores rurales. Cifras entregadas que maneja la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere).